
Ya comprendí que
no eres para mí y que
nunca lo fuiste, que otra vez me
enamoré de alguien que
no me correspondía, de alguien que nunca me tomaría como algo más que una amiga, de alguien que nunca se fijaría en mí.
Debo aceptar que te perdí, aunque nunca te tuve, que ahora mis esperanzas se han ido, que ya no queda nada más. Por fuera no se vé, pero por dentro el dolor me quema como fuego, consume mi corazón y lo hace debil. Las cosas cambian de manera repentina, de una manera en la que nadie se da cuenta cuando ocurre, pero sé que entre nosotros nada cambiará, todo estará igual siempre, tal y como lo ha sido desde el momento en que
me enamoré de tí. Siempre me enamoro de la persona equivocada, de la persona que no sentirá nada por mi, pero lamentablemente mi corazón me manda.
Te deseo lo mejor en tu camino, que encuentres a esa persona que te hará sentir especial, esa que te hará sentir felíz y querido. Otra cosa:
que seamos amigos me hace sentir felíz.