jueves, 21 de abril de 2011

En este momento eres la razón de mis plegarias, lo que logra mantenerme en pie, el dueño de mis sueños, lo único que pienso y muchas cosas más, eso eres tú y nadie más que .
¿Sabías que no quiero perderte?¿Lo tienes claro?¿Tienes idea del dolor y la soledad que me causaría tu despedida?¿Serías capaz de quedarte... solo por mí?.
Nunca había visto tan fijamente las estrellas, hasta que me diste una. Nunca había añorado tanto un abrazo, hasta que sentí los tuyos. Nunca había deseado tanto unos labios, hasta que te besé. Nunca había conocido a alguien como tú, nunca encontraré alguien como tú.
Extraño tu presencia cuando no estás, puedo escuchar tu voz en mi mente aunque sea de lejanía, puedo sentir tu calor en la distancia, te extraño incluso cuando estamos cerca, te siento cerca cuando estamos lejos. En mi mente puedo recrear la imagen de tus ojos mirándome fijamente, sentir tu aliento chocando con el mío, nuestros labios unidos en un beso temporal pero eterno, nuestros brazos rozándose con calma pero desesperación. Tu sonrisa está dibujada en mi memoria, la pienso, la recuerdo... y es como si la viera de verdad, como si fuera la realidad y no una simple ilución.
Te quiero tanto que mi corazón corre cuando escucha tu nombre, cuando siente tu voz, cuando te tengo junto a mí, cuando presiento tu llegada, un corazón que se detiene en la despedida, pero que sigue latiendo con la fresca imagen de los momentos.
Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero mucho, demaciado y más que eso, infinitamente de manera infinita sin retorno ni final.