jueves, 22 de julio de 2010

La música, tantas cosas que siento con tan solo escucharla, cuando entra por mis oidos y no sale más. Si la música fuera considerada una droga, yo estaría en rehabilitación, pero ni de esa manera podría dejarla de lado, nisiquiera por un segundo. Aunque para otros no sea una adicción, para mi si lo es, es una muy fuerte y no puedo dejarla ningún segundo del día. La música logra elevarme a un lugar en donde todo es paz, amor y felicidad, mi propio mundo. Cada uno tiene sus propios gustos musicales y la gente debería respetar eso. Yo estoy orgullosa de la música que escucho y me da igual lo que digan los demás. Si me siento triste y no hay nadie con quien hablar, simplemente me coloco mis audífonos, me pongo cómoda y no presto atención a nada de lo que está a mi alrededor, solo a la música. Sin música sinceramente no podría vivir, se me hace tan necesaria a cada momento que un segundo sin ella basta para la locura total. Siempre hay una canción para cada momento, para cada sentimiento, para cada anécdota, para todo hay una canción que pareciera que fué escrita basada en lo que te ocurrió. En mi caso son muchas canciones las que me identifican, las que hacen que sienta como si las canciones fueron inspiradas en mi, las que escucho cuando me siento enamorada, triste, felíz, hiperventilada, etc. En fín, la música es parte importante de mi vida y nosé que haría sin ella. Te amo música, eres la droga perfecta y la única que necesito cada día y a cada momento.