Esta vez ha llegado el momento de
olvidarte, de nunca recordar que alguna vez pensé en tí a cada momento, de no mencionar tu nombre y olvidar que estube
enamorada de tí. No me convienes y ahora me doy cuenta de lo
estúpida que fuí deseandote. Es hora de dar vuelta la hoja y empezar con una en blanco, además de preocuparme de cosas más importantes que tú, porque no vales la pena, no vales
ninguna lágrima.